El por qué de estos pilares.

Río Bueno, Chile – foto de Teresa Calvo alias Teruca

Reflexionando el por qué del título y después de analizar la película Comer, Rezar y Amar de de Ryan Murphi (2010) donde Elizabeth hace el viaje de su vida, deja todo lo que tenía en Nueva York y se va a Italia donde se enfrenta al mundo, (comer) una cultura distinta, lengua diferente, personas nuevas y muchas heridas por sanar. Después el viaje sigue en India donde se enfrenta con su mente (rezar) la pausa, el mirar de frente e intentar perdonar, limpiar sus heridas y comenzar a sanar. Finalizando el viaje en Bali donde se permite atravesar a un nuevo comienzo (amar), spoiler, la vida no termina donde se sanaron las primeras heridas, si leíste el capítulo anterior, al final da un giro de 180º la vida de Liz donde aparecen nuevos desafíos en su vida.

Sundtruck del día.

Desde pequeña siempre intenté entender el por qué de la vida ¡Para qué vine a este mundo!!?? y de a poco me empecé a iluminar con los pilares que hasta el día de hoy me acompañan y ayudan a hacer más ligero el viaje del día a día y no caer en la locura del constante cuestionamiento QUÉN SOY y QUÉ HAGO AQUÍ.

Desde los 14 años que empecé a profundizar mucho en mi lado espiritual, meditaciones, silencios, reflexiones, etc. agradezco que desde pequeña tanto en el colegio como scout y muy importante en mi casa, se daban los espacios para poder desenvolverme en esta área, así empecé a entrar en equilibrio con mi lado Espiritual o sea, la parte de Rezar (Liz en India). hasta que a mis 18 años, después de ver una muy bella película que me recomendó mi mamá 18 Regalos de Francesco Amato es que me vino la iluminación y empecé a escribir toda inspirada momento en el que descubrí las dos primeras bases de mi vida; APRENDER y AMAR. En ese momento yo pensaba que ese era el objetivo de la vida, que más allá de lo que quisiéramos hacer, nosotros vinimos a este mundo a aprender y a amar, basta. las formas de aprender lo que teníamos que aprender eran infinitas y las formas de amar eran tantas como quisiera cada uno.

Sucede que empecé a aprender mucho, se me presentaron muchos desafíos y en el proceso amé mucho también pero pasó algo, y es que empecé a sufrir demasiado, era un mar de aprendizajes que llegaban como olas que me dañaban mucho cuando se iba uno, respiraba y ya llegaba el siguiente. El sufrimiento ayuda a aprender y si se logra ver con perspectiva el por qué, uno aprender mucho pero no es la única forma.

Pasó que escapando de dolores en mi país se me presentó la oportunidad de venir a Italia a trabajar como guía de rafting y ahí fue que me encontré con mi Comer de ese ciclo, no se si me explico, es como si la vida fuera en ciclos, comer rezar y amar, en mis primeros años el rezar y amar los había desarrollado bastante, me faltaba solo el comer, para cerrar este ciclo, que fue cuando llegué a Italia en 2023. Aquí disfruté mucho, además de comer, se me abrió el mundo, las posibilidades, viajar sola, acompañada, estar bien conmigo misma y aprender mucho. pasó que había una pata coja en este ciclo de vida, hasta ese momento mis pilares habían llegado solo a APRENDER y AMAR.

al final de la temporada no hubo trabajo, no habían clientes y si no bajaba el río no ganaba dinero y poco a poco empecé a quedar si ahorros, tenía 2 meses enteros todavía por hacer antes de volver a mi país y me encontré conmigo misma en mi primer momento más difícil. Como cuando dicen que las parejas se separan ante la primera enfermedad, esa era yo surfeando estar conmigo misma en mi primer momento duro de la vida.

Cuando llegué a Chile me desarmé, tenía un dolor gigante en el pecho y sentía mucha culpa, no me quería levantar de la cama y lloraba todos los días, lamento que mi familia me haya visto así, y al mismo tiempo les agradezco mucho que me hayan acompañado en ese proceso, llegó un punto en el que hablando con mi mamá le dije que sentía culpa, mucha culpa, y que no sabía cuando comenzó, que desde que tenía memoria sentí culpa. El dolor en ese punto era demasiado, había explotado dentro de mí.

Esa misma semana después de haber hablado con mi psicóloga me recomendó ver una amiga suya psiquiatra, y fue cuando me diagnosticó depresión leve y con un poco de medicamento para la casa por un año. yo tenía mucho miedo porque analizaba y sobre analizaba el por qué de todo en la vida específicamente para evitar llegar a un punto así.

Agradecida infinitamente de mi madre que es psicóloga, que me ofreció una sesión de Constelaciones Familiares con una amiga de ella, era un grupo de puras mujeres de diferentes edades y fue una de las experiencias más potentes que he vivido, salir cargada de tantas energías y dolores y sanaciones tanto personales como ajenas. Comprendí ese día que sentía mucha culpa de vivir, que eso me había acompañado toda mi vida. entendí que hasta ese puto, mis pilares eran, APRENDER, AMAR y la CULPA.

Unas semanas después, con mis medicamentos para bajar la ansiedad me fui a la Patagonia, más específico, a Puerto Bertrand, un pequeño pueblo con 4 calles, no más de 100 habitantes que en el verano se vuelve el centro para muchos guías de rafting que trabajan bajando el Río Baker, el más caudaloso de Chile, el Rafting más austral del mundo.

la Patagonia me sanó, encontrarme conmigo misma, no hay mejor lugar que la Patagonia para ser. Recordarnos quienes somos y el tamaño que tenemos, el ego vuelve a su lugar cuando te encuentras rodeado de naturaleza, imponente, salvaje, viva como nunca antes vista y gigante, enorme, donde uno no es nada más que uno mismo del tamaño que a veces se nos olvida que somos.

es ahí como por 4 meses trabajé en este paraíso y sané, con mucha paciencia conmigo misma, y de mis amigos y amigas que hasta el día de hoy son mis hermanas. Me reencontré con el amor, un hombre que juntos con nuestras heridas personales logramos volver a ser amigos del amar y sanar mucho la relación con el sexo opuesto por ambas partes, la dulzura, comunicación y disfrute. Y le estaré infinitamente agradecida por eso.

Mi tarea en la Patagonia era solo una DISFRUTAR . Al inicio pesaba un poco a egoísta esa palabra para mí pero poco a poco entendí lo liviano que era todo cuando había disfrute genuino. es ahí cuando mis pilares de vida se alinearon por fin y cerré el ciclo con DISFRUTAR, APRENDER Y AMAR.

Una vez cerrado ese primer ciclo siento que vuelvo a empezar, más madura, aprendiendo a ser adulta, estoy en mi momento DISFRUTAR, o sea COMER o sea VIAJAR y así seguirá la vida enseñándome y haciéndome cambiar de opinión mientras amo el proceso y lo comparto por acá, un diario de una cabra que está viviendo en esta hermosa vida y tal veza alguien le puede servir.

COMER REZAR Y AMAR =

DISFRUTAR APRENDER Y AMAR =

VIAJAR REMAR Y AMAR <3

Gracias por leer y nunca nos olvidemos de la ultima palabra que se repite en todos los pilares.

Mate che! Selva valdiviana con mates amargos – Magdalena Muñoz